12 de noviembre de 2010

Siempre pienso que todos necesitamos alguien o algo en qué apoyarnos. Que nos saque del asqueroso momento que estamos atravesando y logre hacernos ver un poco de luz, un poco de paz. Para unos, puede que sea una persona, para otros, un hobbie, para otros, un libro... puede haber tantas cosas... Para mí, es la cocina. Hoy tuve la desdicha de tener uno de esos días que para qué levantarse de la cama, si total sabemos con seguridad que va salir todo al revés. Pero como no lo sabemos, nos levantamos y comenzamos a transitar esas horas que muchas veces, se terminan muy tarde. Rendí un parcial que ya va la segunda vez que me va mal, sobre todo me da bronca porque es una materia muy estúpida y la profesora también es tarada y se aprueban sólo con leer, pero creo que este camino me lleva a final, a estar estudiando con 30º hermosos grados de calor, con el trasero apoyado en la silla (Espero que no sea así, igualmente).
Llego a casa, empiezo a hacer la comida, porque no hay nade que la haga, también de mal humor porque antes de rendir me enojé muchísimo con mi hermana porque me afana la ropa sin avisarme, se la lleva a bailar y después no tengo pantalón que ponerme, porque no tengo casi ninguno... Hasta que se termina el almuerzo y mi vieja me confirma algo que por suerte, me había dado cuenta antes: ponete a cocinar algo, que eso te cambia el humor. Chan! Alguien mas se dio cuenta! Una vez más, la cocina fue la salvadora de un día de porquería.
En fin, a lo que iba, ese salvavidas para mí es ponerme a cocinar, creo que el solo hecho de saber que voy a hacer algo que les guste a los demás me transforma totalmente. Ahora estoy genial (cansada pero genial), y todo porque me mandé unos "mimitos de chocolate" que por suerte salieron para chuparse los dedos, aunque yo no lo tenga que decir. Y así otro día mas pasa sacando conclusiones. Hablando lo mas que puedo para que lo malo no se quede adentro como siempre hice. Buscando vías de escape a lo que me hace mal, y que sé que no me sirve pero lo sigo haciendo. Queriendo a aquellos que necesito querer. Pidiendo ayuda, robándole las horas al estúpido MSN para charlar con quien sea hasta la una de la mañana de un día jueves. Intentando disfrutar, conocer, sentir, experimentar, divertirme y preocuparme menos por lo que no tiene importancia. Muchas cosas a la vez, pero llegan todas juntas.

 (Salió atrás el diccionario de Latín, otra causa por la que fue un día pedorro! Examen el martes...)
Son una masa...

2 comentarios:

Co dijo...

Yo quieroooooo!!! Se ven deliciosos! :) Que bueno que tengas definida tu vía de escape. Yo tengo varias y voy intercaladolas en el tiempo.

Besotes y a seguir cocinando y siendo feliz!

Co dijo...

Hay premio para tí en mi blog!