23 de agosto de 2010

El día de hoy.

No cantaré genial, no seré una persona tranquila y de gran corazón. No tendré la psicología para entender todos los problemas. No sabré pronosticar el clima de su humor el día de hoy. No cocinaré recetas sacadas de la galera, seguro que el budín se me va a quemar. No sabré las noticias de esta mañana, ni me gustará la música de moda. Conmigo seguro que no podrás quedarte filosofando sobre la vida demasiadas horas porque muchos secretos no voy a querer decírtelos. No creo que el pelo se me caiga con gracia sobre los hombros, mas bien es la melena de un león africano. Mis ojos no hablan por mí, sólo están ahí para observar. Mi caminar no te llevará a soñar con algunas otras cosas más secretas... ni mi boca te hará desear besarla cuando diga "hola". Mi sonrisa es una mas del montón, absolutamente olvidable. De mis ideas no se sacarán grandes emociones. De mis escritos lo que si se puede saber al leerlos es que son bastante mediocres. No creo que termine siendo la presidenta de una empresa ni escalando el Aconcagua. Ni conociendo París...

De lo que estoy segurísima, es de que soy una persona más del montón. Supongo que muchas veces uno intenta destacarse de alguna manera para que alguien pueda vernos. Alguien que nos diga que con mis abrazos te podés tomar un año sabático, como me dijeron una vez, o que mis besos eran dulces. No lo digo esto con nostalgia, quien me lo dijo realmente supongo que en ese momento lo sentía y me alegro muchísimo por haberlo escuchado. Quizás haya alguien más afuera a quien le gusten. Alguien que nos destaque entre los demás.
Puede que escriba sin asomo de tristeza porque hoy fue uno de esos días que hice muchas cosas y que una de esas fue ir a extregar un CV al centro para un laburo. Hoy puedo decir que fue un muy buen día, que una parte del vacio de ayer se desvaneció. No creo que se haya ido del todo, cada vez que me agarran los "ataques de angustia", como les llamo, tardan muchísimo en irse. Pero esta vez puede que encuentre un bastón del que sostenerme y sea la terapia, no lo sé.
Estoy agotada de sentir miedo de todo, de estar más segura de que me puedo sentir más fácilmente mal que bien. De regocijarme en mis lágrimas, en mi tristeza y no en los momentos felices. De no recordarlos, de dejarlos pasar de largo, obviarlos. El día de hoy quiero y necesito sentirme bien. No quiero sentir que estoy sola en un vacío oscuro y silencioso.



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