31 de julio de 2010

Hoy estoy pidiendo, solicitando o rogando quizás, alguna receta para ponerle color a mis días. Para no bajar los brazos, no temerle tanto a lo nuevo que pueda llegar a pasar, a aquello que está un paso más adelante y que no conocemos... Hoy trato de levantarme y no decirme "que día horrible que va a ser hoy", " que sola que voy a estar hoy", trato de levantarme sin tener cada segundo del día planeado, dejando que las situaciones me lleven solas...

Tengo 21 y me siento de cuarenta. Tengo miles de puertas abiertas para explorar, como las calles de la ciudad de Buenos Aires que no conozco. Como tomarse un colectivo del que no sabemos muy bien el recorrido. Pero siempre espero que ese colectivo que me tome vaya por las mismas calles, para sentirme segura de que voy a llegar, aunque muchas veces ese lugar al que me lleva no me genera nada, no hace mas que meterme de nuevo en este círculo interminable de enojo, miedo y nada. Vacío total. Tengo muchísimas ganas de hacer cosas, que siento que las estoy malgastando quedándome estancada en el mismo lugar, como siempre. De lo que siempre me quejo. Y así sigo, quejándome sin lograr nada, esperando que me lleguen soluciones mágicas desde el cielo. Quizás espero que alguien me venga a rescatar, pero los gritos que doy son silenciosos, y nadie puede escucharlos. O quizás no grite, ni siquiera mueva los músculos para pedir auxilio... La verdad que no lo sé. O quizás yo sola pueda rescatarme.

No quiero amargarme, no quiero volverme una resentida que odia a todos pero en realidad se odia a sí misma por no haber hecho lo que realmente deseaba. ¿Y saben que es lo peor? Que la única persona que se pone estas piedras en el camino soy yo. Solita y sola, en un proceso que empecé mas o menos desde que me hice adolescente. Vergüenza de mi misma, de mis actitudes, de mostrarme al mundo, de lo que pensaba, de lo que opinaba, amoldándome a las personalidades de los demás, sin terminar nunca de mostrar la mía.

Leer este blog debe ser como leer la misma publicación una y otra vez. Bueno, así están siendo mis días en este momento, repeticiones de mañanas, tardes y noches que pasan rápidamente sin dejar mas rastro que el saber que un número más se suma al mes.
Sé que de esas miles de puertas que tengo para abrir sólo yo puedo hacerlo, sólo a mi me tiene que cliquear la cabeza y dejar de quejarme siempre y de una vez mueva los pies, y no me deje de salir una sonrisa y un poco más de fuerza con la que enfrentar el día a día.

28 de julio de 2010

25 de julio de 2010

Libro de quejas

Tengo una tendencia marcada a quedarme siempre pensado en el "que pasaría si..." mientras que los días pasan, la vida corre y se experimentan sensaciones y uno se queda parado donde está analizando cada detalle de lo que pueda llegar a realizar si elijo tal o cual camino. Es por eso que mantengo ese lugar de espectadora de la vida. Todos los días siento que me faltan por vivir miles de cosas, que seguro que vendrán en un futuro, pero que mientras el reloj sigue marcando las horas, no me aparto de la ventana viendo las gotas de lluvia caer, o el sol saliendo de entre las nubes.
Puede que esto ya lo haya escrito, es bastante aburrido leer el blog donde sólo me cuestiono mis propios males, pero quizás allá, alguien del otro lado los comparta y se sienta tan perdido como yo me siento en este momento. El estar perdida me lleva así, a necesitar muchas veces que alguna otra persona me diga y me asegure y me reasegure que voy a estar bien, que las cosas van a salir bien, que no me voy a quedar sola... ¿De dónde provendrá esta necesidad? La tuve siempre, y a los 21, mientras pispeo que mis compañeros de la primaria y de la secundaria se fueron a vivir solos o con sus parejas, trabajan y estudian, yo me quedo acá escribiendo en este libro de quejas y lamentándome lo inmadura que soy, lo poco que me conozco y lo mucho que necesito que me cuiden, que estén al lado mío.
Algunos días, esos que me agarra lo peor y la valentía y la seguridad se me van por el caño, me imagino la vida en un futuro, digamos cuando tenga mas de cuarenta años, y es así: estoy sola, con un trabajo que no me gusta, sin hijos, cuidando a mis viejos que no dan más, mis hermanos con familias conformadas. Y vivo en esta misma casa donde vivimos ahora. Gorda, malhumorada, desgreñida, comiendo y comiendo reemplazando todo lo no vivido por películas o libros. Sé que sólo yo soy el timón de mi vida, y que nadie me puede decir lo que va a pasar ni siquiera mañana, pero me es inevitable imaginarme estas situaciones, y así, bajar más y más el autoestima que bastante bajo ya que lo tengo.
Creo que nunca hasta ahora había escrito tanto en una publicación. Pero es domingo a la noche, estoy casi sola, y lo único que tenía ganas de hacer era catarsis a través de la escritura.

22 de julio de 2010

No mi amor, no me des la espalda! Si vos sabés que yo te quiero!

21 de julio de 2010

Siento siempre que mi vida es como ir al cine. Soy una simple espectadora de los sucesos que ocurren pero, obviamente, le ocurren a otros, no a mí. Siempre estoy con miedo, con temores de "lo que pueda llegar a pasar". Si no tengo todo milimétricamente controlado, registrado y me da seguridad, es imposible que salga a hacerlo... En consecuencia, las cosas que hago de mi vida son muy pocas. No me dejo disfrutar, todo se me vuelve oscuro, y pesado o directamente dejo pasar las oportunidades por "miedo a", es como una vocecita que me dice todo el tiempo: "No Lu, ojo con lo que hacés, mirá si pasa algo... Mirá si te equivocás. Mirá si no les gustás a los demás, mirá si no sos como los demás quieren..." Y así siempre llego a un punto donde me agarra una frustración y un enojo contra mí que me resulta muy pesado de llevar y termino poniéndole mala cara a todo y a todos, quedándome en mi casa, mirando una película o leyendo un libro que a veces ni siquiera tengo ganas de leer, pero que está cerca mío para olvidarme de lo anterior, para sentir menos el enojo que me tengo.
No trabajo, la carrera que hago me dejó de gustar como me gustaba antes... Lo único que en este momento me está siendo grato es el curso de cocina que estoy haciendo, pero como no tengo con qué pagarlo también estoy limitada a las condiciones que se imponen con la economía familiar. También el tema del trabajo es otra cosa a abrir, un capítulo aparte... Todo eso que puede salir mal (no se QUE CARAJO ES LO QUE PUEDE salir mal) y temores que yo sola me creo se transmiten al ámbito laboral, porque obviamente es abrirse a un nuevo mundo, a conocer personas nuevas, a desenvolverse antes las dificultades que se te puedan presentar y ahí ya está llegando la vocecita con sus advertencias... Pero también ¿Cómo es que voy a animarme a darme oportunidades, a disfrutar, si cuando lo hago no sale bien? ¿Si se aleja y no lo puedo alcanzar?

De corazón salió

Ayer creo que pasé uno de los mejores días de lo que va del año. Vinieron mis amigas a casa, con la perfecta excusa de festejar el día del amigo... Realmente no podíamos haberla pasado mejor.
Pero más allá de cómo la pasamos, creo que en ellas tres encontré a tres excelentes personas, que logran sacarme automáticamente de los bajones que me puedan agarrar. Seguramente todo lo que pueda decir o escribir sobre ellas sea poco y muy trillado ya... Pero sé que van a estar ahí, que están ahí. Son tres soles que iluminan los días nublados que hacen que se corran las nubes para ver el celeste del cielo. Son la canción que ponemos para levantarnos el ánimo. Son ese libro que leemos una y otra vez sólo por el placer de hacerlo. Son el oído que te escucha y la palabra que te ayuda. Son la película que ves sólo para distraerte y sólo porque te encanta. Son ese osito de peluche que tenés con vos hace años y que todavía te dura y no sabés cómo. Son esa flor que nace en el invierno, cuando sólo unas pocas lo hacen...
Necesito su compañía y la voy a necesitar siempre. Quizás dejemos de hablarnos, nos alejemos, el día a día hará que nos veamos menos, pero nadie nos va a quitar lo bailado y aquellos momentos que pasamos van a ser siempre nuestros, y seguramente van a quedar en la memoria para alimentar el alma.
Ahora ellas son tres luces que encontré en diferentes momentos de mi vida y que no pienso soltar. Siguen brillando fulgurantes y con la misma intensidad con la que las conocí, con la constancia del día a día.

20 de julio de 2010

Y quizás el problema sea que el 'te quiero' me sale demasiado fácil...

19 de julio de 2010

Mércoles que lejos que está, que frío y que distante que se siente todo. Pongo canciones de Ismael para ponerme mal a propósito y sentirme peor de lo que me siento y extrañar más. Sólo para torturarse un ratito, quizás identificándose con las letras de esas canciones que dicen siempre tantas cosas, tan claras, preciosas. Me imagino su figura mirando para el frente y yo mirándolo a él desde atrás, sin poderlo alcanzar. Cada uno en sus propios mambos. Y acá sigo, tratando de pasar los días lo mejor posible, tratando de extrañarlo cada día un poco menos.

18 de julio de 2010

Personalmente los días lluviosos me llevan a quedarme colgada pensando, porque la verdad que no queda mucho por hacer... Sentarse a mirar por la ventana, pasa la gente con sus paraguas rapidito para no mojarse... Siempre me pongo a pensar en lo que harán, para donde irán, a la casa de un amigo, al trabajo. Serios, cada uno ensimismado en sus pensamientos, rodeados de ellos como nos podría rodear una burbuja.
Me siento en el sillón (al que le voy a hacer un hueco ya, pobre) y leo y leo para tratar de olvidarme de todo, para matar el tiempo y que la cabeza pare de maquinarse aunque sea por un rato.
Olvidarme de que va a ser otro número que quede en una agenda arrumbado. Otras lágrimas lloradas sin mucha razón. Otros recuerdos que van a quedar en el olvido. Otros besos que voy a extrañar, otros brazos que voy a necesitar, otra voz que voy a querer escuchar pero que no va a estar. Porque no se dio. Porque "ahí quedó". A veces pienso que creo una buena primera impresión pero después me van conociendo y se va perdiendo aquello que gustó a la otra persona, y termino siendo aburrida. Quizás creo una barrera invisible que hace que me aleje mucho y al final nada la derriba. Muchas veces tengo muchas ganas de estar sola, aunque después me queje de lo sola que estoy.
Ni yo me entiendo, por eso me cuesta definirme cómo soy. Soy mitad y mitad de algo. ¿Qué sé de mí? Sólo que adoro leer, mirar películas, cocinar. Que busco refugio en todos lados, que soy muy sensible y que si me agarra el bajón no paro de llorar, que me aterra la soledad; y que a pesar de lo malhumorada que soy puedo dar muchísimo cariño, y que siempre voy a tener el corazón abierto para recibirlo.
La escritura puede llegar a ser catártica en el momento justo...

14 de julio de 2010

"Mientras el invierno trae, como te digo, este olor a principio y abrazo, te echo de menos, y el mundo duele menos si miro tu figura adherida a mi sienes, prendida en el recuerdo."

Ismael Serrano

13 de julio de 2010

No quiero extrañar más esos abrazos...

Cómo te extraño

Mina Clavero, Córdoba.

Cómo te extraño...


12 de julio de 2010

Estaba pensando hace un rato lo mucho que me refugio en los libros y en las películas, cómo los uso para formar parte de la vida de personajes ficticios sin formar la mía, teniendo miedo de formar la mía. Pero también me pregunto que es aquello de lo que me estoy refugiando... De los miedos, las tristezas, las inseguridades, de no quererme, de sentirme frustrada... No sé realmente qué es, tratar de poder definirlo me cuesta. Pero lo que sí tengo claro es que aquellos personajes tienen mas vitalidad en mi vida que yo misma. No me dejo ser, no me permito experimentar, vivir, pareciera que me resultara más fácil bajonearme, guardarme bajo las sábanas y llorar por lo que no pasó.

9 de julio de 2010

Bajón con pies

Intento escribir pero no me salen las palabras. Intento decir pero tampoco sale. Me siento rodeada de tanta tristeza, que solo yo la creo, no puedo ver nada positivo, nada que vaya a salir bien. Las cosas que antes me gustaban ya no me gustan, la música se siente sólo ruido e intento desesperadamente encontrar algún lugar donde refugiarme para sacar una sonrisa pero no lo encuentro.

8 de julio de 2010

Con uds., James Morrison



Sonreí, que solo así los días se nublan menos...

6 de julio de 2010

Hoy, salí a correr. Y me siento feliz, porque esta no es una de las tantas cosas que dejé "para después" por no animarme a hacerlo. Y se preguntarán ¿Pero no se animaba a hacer algo simple como salir a correr? Y si, todo lo dejo. Todo lo pienso y lo analizo hasta que se me van las ganas. Y mil cosas que no me animo a hacer, porque el "no lo hagas" de mi cabeza está presnte siempre y funciona las 24 horas del día.

4 de julio de 2010

Besos para dar, abrazos para ofrecer, oídos para escuchar, pañuelos para secar lágrimas, sonrisas para compartir, manos para acariciar, miradas para decir todo.

2 de julio de 2010

La escuela de Zoila Mosquito

Tomadito de mi mano
venga a ver, que yo lo invito,
instalada en un pantano:
La Escuela de los Mosquitos.

Zoila Mosquito, maestra-
directora de la escuela,
a sus alumnos demuestra
las lecciones mientras vuela.

Esnseña paso por paso,
con paciencia de locura,
la Historia del Pinchazo
y su hermana Picadura.

Trae mapas, dicta nombres;
señala con un puntero,
en que lugares del hombre
tienen que hacer agujeros.

"-Cara, cuello, brazo, pierna...-
repite con alma y vida.
-Picar a la piel mas tierna,
bien perfumada y dormida"

"-No se acerquen cuando fume
el Señor Verde Espiral,
mientras su traje consume,
sólo quiere hacerles mal."

"-Cuando vayan a atacar
miren muy bien el sendero.
Cuidadito con chocar
contra cualquier mosquitero."

De pronto... ¿La oye gritar?
a un alumno mucho reta,
por haber ido a jugar
donde vive una palmeta.

La clase de canto empieza:
"Zzzzz, zzz, zzz, ¡A zumbar!"
Por la noche, en cada pieza...
¡Que concierto van a dar!"

Sólo las nenas-mosquitos
-es una ley de su raza-
despacito, despacito,
zumbando salen de caza.

Se meten por las ventanas,
postigos y cerraduras.
Me levanto a la mañana...
Ay ay ay! ¡Que picaduras!

De noche vienen, ¿los ve?
con trajecitos rayados...
Pero llueve DDT
y se caen desmayados.

[Tinke-Tinke, Elsa Bornemann, 1970]

1 de julio de 2010


-No tienes que decir "te quiero" para decir "te quiero", ¿sabes? Aunque a veces es precisamente eso lo que tienes que decir, en otras ocasiones es lo mismo si dices "me gusta estar contigo" o "gracias" o "eres la mejor del mundo" ¿Recuerdas que puedes usar las palabras como un cuchillo? También las puedes usar como una flor.

-¿Y aquí se guardan las palabras de amor?- preguntó, impresionada.

-Sólo algunas. Las auténticas, las sinceras, las que han sido pronunciadas desde el fondo de tu alma para compartir tu felicidad. Hay humanos que no tienen una sola palabra guardada aquí, que ni siquiera son capaces de pronunciarlas.

[Elía Barceló, "El almacén de las palabras perdidas"]