18 de diciembre de 2011

Y releyendo viejas notas del año pasado (mayo, del año pasado) puedo ver lo que cambié en estos meses, las esperanzas no son las mismas, los miedos no son los mismos. Empecé a escribir en el blog porque era otra forma de evadirme además de los libros y las películas, porque sentí que había tocado el fondo de una situación que no daba para más. Que toda mi adolescencia me la había pasado encerrada en mi casa desperdiciando años de felicidad, y a los 20 no podía seguir así. Y a los 23 cumplidos en noviembre, puedo decir que tengo material para el cambio. Ahora puedo hablar de mi mundo del trabajo, puedo decir que salgo un poco más. Y que me veo un poco mejor yo misma. No sé de donde sale este post tan positivo. Las últimas semanas no fueron las mejores de este año. Pero junto a mi psicóloga aprendí un montón de cosas que necesito empezar a poner en práctica, a saber: pensá un poco más en lo que tenés ganas y sé un poco egoísta (diría mi madre) porque siempre dedicás el pensamiento a los demás y a acomodarte a lo que quieren los demás. Pero vos que querés? Esa es la gran pregunta que me hago y que no me puedo responder, porque en realidad hago lo que a los demás les conviene para no tener que pensar lo que yo quiero. Es más fácil supuestamente, pero no. Me vuelvo loca, dedicándome a los demás con fervor, tratando de caerle bien a todo el mundo, proponiendo cosas que creo mejor para el otro cuando el otro sabe qué es lo mejor para él.
Así que a repensar un par de cosas que veo que no estoy haciendo nada bien.

17 de diciembre de 2011

En todas las oportunidades resulta muchísimo más fácil aferrarse a la tristeza cuando la otra opción es salir a vivir la vida. 

13 de diciembre de 2011


Amor


Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.

7 de diciembre de 2011

Hoy me fui a comprar ropa a dos casas de marca que no se caracterizan justamente por ser baratos su precios. Necesitaba un short básico y lo conseguí y después de gusto me compré una pollera. Mientras las elegía mi mirada siempre iba a los precios, no al gusto,. Y siempre esos precios son los que rigen si se compra o no. Bueno, finalmente logré decidirme por esa pollera y el short y en un momento cuando estábamos en la calle caminando con mi mamá le digo que me sentía culpable. Culpable porque dije "hay gente que no tiene para comer en su casa y yo estoy yendo a comprarme ropa a Flores...". Bueno, para todo esto, siempre está el Tauro de mi mamá que logra bajarme a tierra todas mis pelotudeces y me dice que mientras en el '90, todos salían a comprarse electrodomésticos y a irse de vacaciones porque la plata les alcanzaba, nosotros estábamos  las dos últimas semanas del mes comiendo fideos y arroz, no nos fuimos de vacaciones en años y siempre teníamos la ropa prestada. La vida es un ida y vuelta. Algunas veces tenemos, otras no. Esta vez, tengo un poco de plata para gastarme porque me rompo el trasero limpiando y sirviendo cafés a los señores oficinistas. ¡Valorate un poco más, disfrutá de lo que tenés que te parió!

6 de diciembre de 2011

5 de diciembre de 2011

Frutas de ensalada

No hay nada que hacer, las tristezas te lanzan a escribir. Cuando uno está en un estado de planicie emocional, por lo menos a mí no me sale ni dos frases seguidas sin que me parezca una porquería lo que escribí. La vida cambió mucho para mí este año pero hay demasiadas veces en las que no puedo evitar pensar que ese cambio se dio solo en el exterior, y que si rascás un poco la cascarita sigo siendo la misma de siempre, con los mismos miedos de siempre. Pero ahora mientras escribo estas frases con poca coherencia me acuerdo de algo que me dijo mi vieja en la cocina un par de días atrás: "viste que en el verano estabas siempre asomada a la ventana, era como si te asomaras al mundo, pero no lo vivieras. Bueno, ahora pudiste dar ese paso que te hizo traspasar la ventana." Y obviamente que mi sonrisa se ensanchó de oreja a oreja, porque que alguien te diga eso, es muy requete bueno. De verdad es bueno. Las sesiones con mi psicóloga cambiaron para bien. Yo que siempre me quejaba de que nunca me pasaban cosas. Y me las inventaba, me inventaba problemas en mi cabeza que no tenían realidad. Ahora estoy con situaciones reales, y problemas reales. Con felicidades y tristezas reales. Cansancio real y disfrute real.

Y estos días, como antes dije, no son los mas felices para mí. Encontré que la tristeza sigue presente en mi espíritu porque no sé poner los pies sobre la tierra, y toda situación que se presenta se convierte en un pantano de drama que no se puede resolver. Todo es un drama. Después de llorar viene la charla con mi vieja entre mate y mate y le cuento lo que me está pasando. Y logra, con cuatro palabras locas, ponerme los pies sobre la tierra y echarle un vaso de agua al fuego ese que me consume. Lo peor es que no es un fuego real, está inventado por mí. O sea, lo que dijo mi mamá es básico y elemental, pero no me doy cuenta de eso, lo que me cuesta ponerle realidad a la vida... Todo se me vuelve un drama. Todo son océanos insondables en los que me ahogo sin un salvavidas cerca. Y fabrico los posibles desenlaces (negativos) de las situaciones, cuando jamás se resolvió nada, nadie dijo nada. Como siempre: tratar de estructurar todo, de preeverlo, para poder anticiparme a las "cosas malas que puedan pasar" y así que me lastimen menos. Contras: es una pelotudez, no sé si algo malo va a pasar, no podés cubrirte de que te lastimen, sufro por anticipado algo que todavía no pasó. Pros: (...). La realidad es que no es fácil cambiar la personalidad de uno. Obviamente que si le ponés ganas las cosas van a salir mejor. ¿Pero cómo dejar de bajonearse? Ahí está el quid de la cuestión. Je. Tremendo eh.

Por otra parte, al haber terminado la genial cursada estoy leyendo un par de libros que conseguí milagrosamente en una grosa librería en la calle Corrientes. Su autor es Juan José Millás y es realmente una masa lo que escribe. Estoy leyendo una novela biográfica que se llama El mundo (2007), y que lindo que escribe su infancia. Y que mucho que la sufrió. No me puedo imaginar mucho el desenlace porque en realidad no es una historia que tenga una estructura, sino que va contando hechos de su vida y mas que nada se centra en la niñez. Nada fácil. Y afortunadamente tengo dos más de él que todavía no pude tocar: Cerbero son las sombras (su primera novela, de 1975) y Los objetos nos llaman que son cuentos cortos (que a mi me encantaaaan! es de 2008). Creo que esta novela trata de contarnos cómo es que el se encuentra con su profesión de escritor. Mi escape, mi evasión. Gracias Millás.