14 de septiembre de 2010

Caranchooooooooo!

Mierda mierda mierda mierda. Leo su blog algunas veces, leo que está mal, que le agarran tremendos bajones y yo acá. Acá comiéndome las ganas de ir a abrazarlo, de volver a abrazarlo y que sienta que estoy, que puede apoyarse en mí, que sepa que sus lágrimas las puede compartir con alguien, que si grita alguien lo va a escuchar. Y no sólo como amiga.
Pero después de varios minutos de terminar de leerlo, me queda una sola cosa: una sensación de vacío en el alma. La angustia me llena el corazón y lo único que puedo hacer es quedarme con las ganas de salir corriendo a abrazarlo así viva al otro lado del mundo.
Pero tengo que decirle a mi cabeza que hay otras cosas de qué ocuparse, y que si no se dio, fue por algo, porque seguramente alguien mejor vendrá después. Que consuelo estúpido. Puede que sea capricho, terquedad, pero yo lo quería a él con sus berrinches, mal humores y malos días. Con lágrimas y sonrisas. Con discusiones y peleas. Con todo lo que llevamos con nosotros, con toda muestra mochila a cuestas. ¿Qué hago entonces? ¿Me guardo las ganas hasta que se me pasen solas? ¿Sigo así sin mas tratando de encontrar otra vez el camino que me lleve a alguien? ¿O le pido a nosequién que me ayude a no encariñarme tanto con las personas que es evidente que no me necesitan?
Muchos días siento que tengo el alma tan abierta que no filtro lo que es bueno y malo. Lo que me pueda doler, pasa también, no me contengo y me prevengo, me mando sola. Y así me sigo dando la cabeza contra la pared, una y otra vez.
Mi hermana y mi mamá me dirían que eso es porque no socializás, porque no salgo, porque no me doy con la gente y porque me cierro en mis angustias y las vuelvo a sacar para lastimarme y sentirme cada vez mas mal y compadecerme de mí misma, que seguro es más fácil que salir a pelearla y buscar otro a quien querer, otro a quien necesitar. Otro de quien desear sus abrazos. Otro de quien desear oír su voz una vez mas.
Y ahora seguramente me vaya a dormir angustiada y la almohada bancará otra vez las lágrimas que no quiero que nadie vea. Porque me siento estúpida estando así. Porque la mitad de mí me dice que todo esto es porque no tenés otra cosa mejor de la que ocuparte. Y la otra mitad me dice que me angustie, llore y patalee todo lo que no se pudo dar, todo lo que no fue y todo lo poco que me necesita y le importo. Y está bien, es totalmente aceptable, a mi me pasó también. Y la indiferencia mató...

Pero seguramente lo que me pasa es por quedarme mucho en casa.

No hay comentarios: