9 de septiembre de 2010

Descubrir

Encontré esta imagen nosepordónde, y me encantó, y me la guardé. 
Cada vez que la miro me da idea de libertad, de ese viento que te pega en la cara en el momento que estás tirado arriba del pasto pensando sólo en lo bueno que es estar ahí. 
Pero muchas veces pienso que casi todos poseemos esa posibilidad de libertad y algunos nos coarta. A mi me coarta. Tanta libertad me da miedo. No tengo idea de por qué, pero el solo hecho de saber que mi vida me da la posibilidad de decidir por mi misma, de experimentar, sentir, de salir y entrar de donde yo quiera, de meterme en donde quiera, de ver lo que quiera y de no ver lo que quiera también, me da miedo.
Siempre fue así.
Él siempre está presente, guiando los pocos pasos que pueda llegar a dar. Creo que esto ya lo habré dicho en otra entrada seguramente, pero siento que mi vida es como una película que pasa delante de mis ojos y de la que soy solo una espectadora, sin participar en nada de lo que pasa. 
Se supone que naturalmente salimos a descubrir el mundo a medida que crecemos (y creo que no lo dejamos de descubrir nunca) pero no sé donde tengo guardada esa curiosidad. Se me debe haber escapado de las manos, dejándome un vacío que ahora que me doy cuenta que está, estoy intentando llenar otra vez. Tratando de salir a descubrir el mundo otra vez, como cuando era chiquita. 
Quedándome un poco menos en casa.

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