17 de septiembre de 2010

Días

Y si, hay días que son buenos y otros que son malos, días en los que aprendemos cosas, y otros que mejor olvidar todo lo que pasó. Días en los que nos enamoramos del vecino de asiento, otros en los que mejor ni ver la cara del que tenemos enfrente. Días para disfrutar solos y otros en los que mejor compartamos todo aquello que tenemos para decir, y muchas risas sean escuchadas. Días en los que prevenirse llevando una caparazón y otros en los que el corazón abierto nos llevará a lugares totalmente desconocidos. Días para comer solo chocolate y café. Días para los fideos con queso rallado. Días de cine, días de mates bien bien calientes y espumosos. Días de helados y días de pileta. Días de familia, de amigos, de parejas. Días de llamadas telefónicas. Días de viajes largos. Días de cocina. Días de pies izquierdos y mucha mala suerte. Días que quisiéramos que se terminen de una vez, y otros que ojalá que jamás se terminaran. Días de novela, días de acción y carreras al colectivo. Días de ventanas; ventanas en los bares, ventanas en el colectivo, ventanas en el lugar de trabajo, ventanas en el tren, ventanas en nuestra computadora. Días de mucho trabajo y días donde no hacemos nada. Días de shopping, días de cancha y fernet. Días sin límites y días en los que no podemos dejar de ver que nos estamos por pasar. Días de promesas de amores eternos y días de separación. Días de bicicletas. Días de supermercado, otros, de "chinos". Días en que sentimos que perdimos todo, y otros en los que ganamos un montón. Días de recuerdos. Días de amores platónicos. Días de bizcochuelo. Días de celulares robados. Días de nuevas experiencias, y otros, de experiencias repetidas mil veces. Días de piropos. Días de paciencia y días en los que no sabemos cómo soportar al que tenemos ahí. Días dulces y días amargos...
Hay miles y miles de días que se pasan rapidísimo. La vida se pasa volando. Las semanas  ya dejaron casi de existir, no porque tenga mucho para hacer, pero a veces se me escapan de las manos y lo único que me queda es la sensación de no haber hecho nada. Nada con los días, las horas, los minutos. 
Casi tengo 22. Y a esta edad me quedaron mil cosas pendientes. Para disfrutar, sobretodo. Solo veo espacios vacíos...

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