10 de noviembre de 2010

Que me siga acompañando.

Vuelvo a hacer catarsis en este refugio publicado. En esta casa que mantengo muchas veces cerrada, pero que sé con seguridad que la cerradura de la puerta no está con llave, para que la pueda abrir cuando quiera..
Bastantes cosas están cambiando en estos días. Mucho estudio, y muchas ganas de hacer cosas también. Bah, en realidad, lo mismo de siempre. Pero agreguemosle una pizca de "me animo" y dejemosla un rato en el horno para ver que sale. Ayer tuve otra entrevista de trabajo, en el Solar de la Abadía para ventas. La verdad que me sorprendí un montón porque después de lo del catering pensé en parte que iba a volver a estancarme otra vez sin hacer nada, y por suerte eso no pasó, acá estoy escribiendo que otra ventana se abrió. Y que puede que se vuelva a cerrar, pero al menos salí para ver si llovía... (no se si se entenderán las analogías!) Al menos fui y sin miedo estoy tratando de aceitarme en este mundo, un poco tarde, lo sé, pero bueno, creo que cada uno tiene sus tiempos y parece que el mío es mas lento que el de los demás.
Y hablando de eso, la otra vez me puse a pensar que no me abandona esa sensación de rapidez temporal, de que la vida se escapa de mis manos sin poderla retener un ratito, para disfrutar algún momento con un poco de paz. Te levantás, desayunás, estudiás, vas a trabajar, recital, salida, noche en el cine, noche en casa, tarde de mate, tarde de película. Momentos que disfrutamos mas y otros que disfrutamos menos, pero la mayoría a mí me da la sensación de que se esfuman, se desvanecen, y solo nos queda el sentimiento de haberlos pasado en un momento... Ahhh bueno, pero es lo que siento en algunos momentos nada más, creo que son las ganas de que duren para siempre.
Espero que esta "etapa" o nosequé por la que estoy pasando ahora, que incluye bastante positivismo de mi parte siga durando un tiempito más. La verdad, que tengo miedo que desaparezca... Me siento tan bien ahora, estoy contenta, veo las cosas de manera un poco mas relajada y no me obligo a hacer algo de lo que no tengo ganas, por ejemplo. No tengo tantos pensamientos pesimistas y eso se siente muy bien... Disfruto de volver a mi casa y sentarme un rato para charlar con quién esté y no como antes me pasaba, que no tenía intenciones de volver, y llegaba con mala cara, mal humor y me la agarraba con todos. Pero como antes decía, estoy muy miedosa que esta felicidad que me acompaña se vaya de mi lado. Soy la única que puede no dejarla ir. Mejor, que me siga acompañando.

1 comentario:

Co dijo...

Nada de miedos! Disfrutá y ya,porque inevitablemente los momentos y etapas de felicidad no son eternos, son más bien cíclicos. Sin momentos feos y de penano podríamos apreciar las cosas lindas y los buenos momentos,no?

Asique, relajate y sé feliz! Que las ventanas y puertas siempre van a ir abriéndose!

Besos!