25 de enero de 2011

Tan de vacaciones

Estoy tan de vacaciones acá en la Capital que me está dando alergia de tanto rascarme el higo. Porque la verdad que estoy buscando trabajo, pero las entrevistas salen de vez en cuando... Si salen. Así que lo que florece por estos días son los libros tantas veces releídos, salidas con las amigas y las películas que no faltan en todo el año.
Y por qué no, agreguémosle una serie de padecimientos mentales que incluyen el hacerse máquina por cualquier cosa que salga a nuestro alcance, ya sea miedos, sea "porquénosalgolosfindes", "quierotrabajoyaaa", y demás cosas. Estoy con este calor, lo que se dice, rotas las bolas. Rotas de mí.

Después de haber pasado el mes de diciembre y el mes de enero trabajando en la juguetería, en este momento siento que me estoy ahogando dentro de mi casa. Es un pensamiento que abarca mi cabeza hace varias noches. Me siento como adentro de una jaula, esperando para salir. Para que algo empiece, pero no sé que. Necesito algo de movimiento, me estoy secando por dentro. No sé que hacer realmente porque siempre en mi se encuentra el factor miedo y el factor inseguridad que no me abandonan todavía y actúan como anclas en mis pies. Ayer vinieron mis amigas a casa para tomarnos unos mates y una de ellas recientemente se separó del novio, que la verdad que según lo que nos contó fue para mejor porque la relación no iba para más. Ahora está soltera, y está saliendo, conociendo otros chicos, pero la verdad que hasta ahora ninguno le interesó realmente. Entonces me decía que hiciera como ella hace: salir y conocer chicos, hablarles, pedirles el teléfono o dárselos si me lo piden, "total, si no te gusta no salís más y listo". Pero entonces en respuesta a eso le dije que cómo es que hacía ella para no sentirse chiquita adelante de ellos, como no sentirse todo lo insegura que me siento no solo con este tema, sino con todo.  Ella de por sí ya tiene menos prejuicios que yo, menos inseguridades, piensa menos las cosas antes de hacerlas, y tiene sobre todo algo con lo que yo casi no cuento: autoestima y confianza en mí misma. Es que trato de buscarla, sacarla del fondo del pote, pero no puedo encontrar nada, o sino cuando creo encontrarla hay algo que aparece en mi cabeza y tapa lo que apareció. Todos los muchachos que conocí, cagué las relaciones por sentirme inferior. Por hacerles caso en todo y no hacerme valer, por agachar la cabeza antes de sobreponerme y estar de pie, ser valiente. Sobre todo con el último, a la que casi ni puedo llamar relación porque no lo fue. Él solo se encargó de que no lo fuera, y yo como una estúpida profesional lo dejé hacer. Mientras yo lloraba acá en casa, metida atrás de la pantalla de la computadora tratando de distraerme y de no pensar en nada. Escondiéndome, como siempre. En fin, mi amiga me dijo que en una próxima fiesta a la que fuéramos, ella me iba a ayudar a encarar a alguien. Okey, entré en pánico literalmente y espero que eso no se concrete jamás. Lo detesto. No puedo soportar la vergüenza, y no me puedo soportar a mí con esa voz en la cabeza que no para de decir "Luli sos fea!". Parecen cosas de chicas de quince años, pero no las pude resolver. Complicada la cosa, anda. Temas que serán a resolver con la psicóloga... Temas que salen a la luz en épocas en las que hay menos que hacer.

1 comentario:

Co dijo...

Lulú! Porque,mientras esperas que surja algún trabajo, no te ponés a hacer un curso de algo que te guste? Está bueno estar ocupado porque el tiempo pasa más rápido.
Me quedé pensando en tu amiga que se peleó con el novio. Tan rápido está conociendo chicos? Yo no puedo ni pensar en eso! Y menos esto de encarar. Me siento igual que vos con ese tema. No me da apra encarar, me genera verguenza no se...es raro.
Creo que deberías decirle que no necesitas que te ayude a encarar a nadie porque no te interesa pero que vas con ella a la fiesta para divertirte. Y quien te dice, capaz conoces a alguien copado, no?

Besos!