1 de mayo de 2011

unas muchas otras cosas.

Creo que si la cabeza hablara en este momento diría que está llena y que le deje de poner cosas. Que está cansada y que haga una limpieza y lleve todo lo que no sirve y me pone triste a la Papelera de reciclaje y lo elimine de forma permanente.
Hoy fue mi primera sesión con mi psicóloga en lo que es el diván, después de dos años. Dos años tratando de salir del encierro y por fin hoy siento que las cosas van tomando curso, que no estoy perdida, estancada, que no estoy sola, que no tengo más caminos que tomar que no sea el peor de todos. Solo con la posición que uno toma al recostarte allí hace que tus más recónditos pensamientos salgan mientras por la ventana del balcón del consultorio ves como unos obreros trabajan construyendo un edificio. Ya van tres años de terapia contando este, y a esta altura no puedo creer todo lo que cambié, todo lo que cambió. Ya no siento que la mochila me pesa tanto, ni que las nubes que estaban arriba de mi cabeza me persiguen. Pero igualmente tengo que decir que hay veces en las que pierdo el rumbo y necesito que una mano agarre la mía y me lleve a lugares impensados, donde todo es diferente y existe una Lucila sin tanto miedo a vivir la vida.
Ayer firmé contrato con el nuevo trabajo en una cafetería reconocida. De vuelta otra vez al ruedo laboral. Y esta vez, no es temporal como fueron los del año pasado. Esta vez va en serio, vamos por un trabajo donde pueda dar todo lo que sé que tengo para dar y mucho más. Vamos por un optimismo que no siento que tuve jamás en la vida, porque esta vez quiero que salgan las cosas bien. Esta vez no me quiero autoboicotear.
Termino siendo siempre mi peor enemiga.

Y entonces alguna vez voy a encontrarlo, aquel a quien quiera tener al lado mío dándome la mano. Alguna vez voy a poder dejarme llevar por los besos y los abrazos sin pensar tanto cada detalle. Y las personas aparecen y desaparecen en nuestra vida, y tenemos ganas de que algunas se queden y se van, y en otro momento tenemos ganas de que alguien aparezca y nos quejamos de nuestra soledad, y otras veces ese alguien aparece pero no nos damos cuenta porque estamos muy metidos adentro nuestro tratando de hacer algo que no sabemos bien que es. Y otras veces, ese alguien aparece y nos quedamos pensando si podemos darle quizás la oportunidad que nos pide.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

eeesssaa!!Feliz dia del trabajador entonces!!:)
Pense que tu nombre era LAURA, nose porque!jejeje(nunca preguntar)
Lucila es mas lindo!
y recemos(?) porque aparezca alguien en nuestras solitarias vidas!

Acicalada dijo...

Una oportunidad! Una oportunidad!