26 de junio de 2011

Casi como que...

Casi como que hay días en los que tenés mas ganas de tirar todo por la ventana y llorar y llorar y llorar hasta que se te sequen las lágrimas que de seguir caminando. Porque se te complica más de lo que pensabas hace unos meses salir de ese lugar de malestar que le encontrás permanentemente a todo. Encontraste que te sentís más segura si sabés que las cosas te van a salir mal. Que tener una visión más positiva de las cosas te hace sentir inestable e insegura, pero que igualmente el saber que las cosas van a salir mal tampoco es bueno, entonces jamás salís del círculo de pesimismo que se te formó, que formaste.
Todos te dicen que es necesario que salgas de ahí. Que te relajes, que vivas, disfrutes, salgas y tires un poco más la chancleta. Vos también lo sabés, pero no podés salir. Querés y no podés. ¿O realmente no querré? Me pregunto eso y me parece un descalabro total. ¿Pero entonces por qué me resulta tan complicado huirle al pesimismo? Es como los malditos granos que decís “¿¡¿pero si ya pasé la maldita adolescencia, por qué siguen saliendo?!?!”
En todas las entradas seguramente vuelvo a escribir sobre lo mismo. Termino dándome ganas de pegarme un cachetazo. A ver querida, tenés todo aquello por lo que te estabas quejando cuando no lo tenías y lo buscabas, pero te encerrabas en las cuatro paredes de tu casa porque parecía que el mundo te iba a regalar cosas malas. Entonces saliste y te regaló como cinco trabajos en los que la pasaste genial, te regaló un tercer año de carrera, y encima de todo, te regaló a un morocho que quiero con todo mi corazón (pero que no se tiene que enterar…), que te dice cosas son geniales y que te preguntás de dónde las saca, que te da fuerzas, y te habla bajito pero su voz resulta más clara que la de muchos otros que gritan y al final no dicen nada. Entonces después de toda esta reflexíon autoimpuesta por mi conciente, vuelvo a sentarme a hacer las oraciones de latín, y queda ahí, esperando a ser resuelta en otra sesión de terapia. Esperando a tener más valentía. Esperando a darme cuenta de que avancé y de lo poco que me doy cuenta.

1 comentario:

Guille! dijo...

Cómo estás, vaya a saber por qué motivo conocí el día de ayer Blogspot, y de todo lo que leí me pareció importante decirte que; no es necesario que tires la chancleta, no es cierto que el ser humano pasa la adolescencia, eso es algo que nos quieren hacer los psicólogos para que abandonemos la dependencia, pero uno siempre, siempre adolescerá de algo. Me pareció hermosa la idea de los granos. Y te insto a que abandones la fastidiosa inseguridad que no es otra cosa que el dedo en el gatillo de un corazón que vacila. Ni te quiero mucho ni nada de eso! Pero escribís de puta madre! Saludos con gusto a alfajores marplatenses. Poesía! Guille!