15 de mayo de 2011

Revuelto gramajo

Te abro, te cierro y te vuelvo a cerrar. Tengo mil ganas de escribir pero las palabras se me atoran en las manos y de ellas no sale más que nada. Tantas cosas para decir, y una no sabe cómo hacerlo. Hasta en lo de la psicóloga habló más ella que yo. Cuando llegan muchas cosas nuevas, es como que se te viene todo encima, y uno pretende aguantar con un nuevo vaticinio de amor, cinco materias y un trabajo de medio tiempo que pretende que le regales tu memoria.
Me pica la cabeza de los nervios. Duermo menos de seis horas por día, hago la tarea en los viajes, me paso de la parada del subte y mientras tanto trato de aprenderme la receta del Mocca blanco y la cantidad de pumps que llevaba el Caramel Macciato. Amo mi trabajo nuevo, pero dicen que el que mucho abarca poco aprieta... Y hay veces en las que no puedo evitar sentirme un poco triste. Porque los bajoneros somos así. Siempre le vamos a encontrar la pata triste al gato. El pelo triste al huevo. Para nosotros la vida no es una serie de sucesos, es una serie de dificultades. Las que terminan todas ahogándose en un vaso de agua. Y ayer en el camino al trabajo me revelé y en vez de leer apuntes me llevé el libro de Galeano que tengo abandonado hace semanas.

Y laboralmente, ayer completé mi primera semana, y creo que por ahora no tengo de qué quejarme. Me tienen la paciencia del universo, y andan siempre de bastante buena onda. Eso si, me siguen diciendo peque como Cori (te quiero!), y mi sonrisa por ahora obra a mi favor, la voz suave y la diplomacia que no sé de donde saco. (Acabo de escribir esto y tengo tanto miedo de que se me caiga todo que casi lo borro para no quemarla).

Supongo que los días irán pasando y las cosas se acomodarán solas. Que la vida no me quede mas ajustada, sino que sea una prenda que usamos hace tres años y está totalmente adaptada a nuestro cuerpo.

But I set fire to the rain,
Watched it pour as I touched your face,
Well, it burned while I cried,
'Cause I heard it screaming out your name, your name

Pero prendí fuego la lluvia,
La vi caer mientras acariciaba tu cara, 
Ardía mientras yo lloraba
Porque la escuché gritando tu nombre, tu nombre

4 comentarios:

Acicalada dijo...

Sr. Contestador, soy yo de nuevo. Por favor, dígale a Lulú que el gato tiene patas alegres también. Que la vida son ciclos y que así como vemos el pelo triste del huevo, si lo damos vuelta, vemos el pelo enrulado! El pelo feliz!
Chocha de contenta de tenerte cerca. Irradiás cosas hermosas, difícil que se caiga lo que se construye con cuidado y esmero... no?

Co dijo...

Ayyy, Lulú! A todos nos pasa de vez en cuando esto de querer decir todo pero no poder hacerlo, de estar bloqueadas o lo que sea. Quedate tranquila que ya irán aflorando las palabras para describir los sentimientos.
Te felicito por el nuevo trabajo!!!! Me alegro mucho que te estes animando, de a poquito, a abrirle la puerta a las cosas nuevas! Siempre es bueno hacerlo!

Besote enorme!!!

Unknown dijo...

¿Qué tal si en vez de buscar las tristezas en cada cosa, buscamos las alegrías? Yo estoy así esta semana! Obligándome a verle la sonrisa a todo, que no siempre es tan evidente como la tuya! :)

Te quiero, Peque mía!

Carpe diem y todo se acomoda solo :)

Corita dijo...

¿Qué tal si en vez de buscar las tristezas en cada cosa, buscamos las alegrías? Yo estoy así esta semana! Obligándome a verle la sonrisa a todo, que no siempre es tan evidente como la tuya! :)

Te quiero, Peque mía!

Carpe diem y todo se acomoda solo :)